Pensando qué decir este fin de año, me vino a la cabeza la historia de nuestro amigo. Un emprendedor joven que hace una década decidió subirse a esa tabla resbalosa que, en nuestro país, solemos llamar “desarrolladora Inmobiliaria”.
Con mucho esfuerzo y la filosofía de invertir cada peso que entraba, nuestro amigo supo poner a prueba su sistema en cada crisis, afrontando discusiones con los bancos, con los delegados sindicales y con los compradores ansiosos. A principios de este año se detuvieron las obras. Las calles quedaron vacías oliendo a miedo, la cobranza se cortó en seco mientras sus empleados lo miraban atemorizados detrás de sus propios barbijos.
Su empresa ya estaba tecleando, pero afortunadamente estos días, meses después, nos contó que logró evitar la quiebra gracias a que la propia pandemia le impuso una imprevista tolerancia a sus más aguerridos acreedores.
Nuestro amigo es miembro “CEDU” y es parte de nuestra “comunidad de emprendedores”, tal como dice nuestro logo. Aunque cabe preguntarse: somos realmente una comunidad de emprendedores?
Afuera, la gran mayoría se la pasa enterrado en el pozo de la queja, pujando entre la depresión, que enferma, la supervivencia y el naufragio colectivo. En Cedu eso no está permitido porque sí, somos una Comunidad de Emprendedores y honramos ambas palabras:
Comunidad, porque aprendimos que, entre todos, nos volvemos sinérgicos y resilientes. Nuestro amigo tuvo el incondicional y solidario apoyo de varios colegas para llegar hasta acá. Y decimos que somos Emprendedores porque vemos oportunidades donde otros ven amenazas, y nos animamos a materializarlas. Aunque a veces lo hagamos con éxito y otras veces no, esa es nuestra madera.
Estimados, somos Cedu y tenemos esta filosofía. O este sueño. Termina un año para el olvido, durante el cual muchos entramos en pánico por nuestra salud, y lamentablemente no sabemos cómo será el entrante. Lo que sí sabemos es que, cuando la tormenta pase, habrá mucho por hacer.
Tomémonos un respiro en las fiestas, un imprescindible descanso, y después, pongámonos el casco, respiremos hondo y adelante!!
Será, sin dudas, un tiempo para volver a transpirar intensas emociones, para vibrar. Un tiempo para sudar empatías por quien está y por quien se ha ido, en la frágil montaña rusa que nos tocó sobrellevar.
Le deseo a nuestro amigo, que somos todos, que podamos conciliar el sueño por las noches y que tengamos sueños. Que tengamos un gran y merecido 2021, que ojalá seamos bendecidos con el año del rebote, y que ello, además, sea producto de nuestra propia conquista. Les mando un afectuoso abrazo a todos. Muy felices fiestas.
Pensando qué decir este fin de año, me vino a la cabeza la historia de nuestro amigo. Un emprendedor joven que hace una década decidió subirse a esa tabla resbalosa que, en nuestro país, solemos llamar “desarrolladora Inmobiliaria”.
Con mucho esfuerzo nuestro amigo supo poner a prueba su sistema en cada crisis. A principios de este año se detuvieron las obras. Las calles quedaron vacías oliendo a miedo, la cobranza se cortó en seco mientras sus empleados lo miraban atemorizados detrás de sus propios barbijos.
Su empresa ya estaba tecleando, pero afortunadamente estos días, meses después, nos contó que logró evitar la quiebra gracias a que la propia pandemia le impuso una imprevista tolerancia a sus más aguerridos acreedores.
Nuestro amigo es miembro “CEDU” y es parte de nuestra “comunidad de emprendedores”, tal como dice nuestro logo. Aunque cabe preguntarse: somos realmente una comunidad de emprendedores?
Afuera, la gran mayoría se la pasa enterrado en el pozo de la queja, pujando entre la depresión, que enferma, la supervivencia y el naufragio colectivo. En Cedu eso no está permitido porque sí, somos una Comunidad de Emprendedores y honramos ambas palabras:
Comunidad, porque aprendimos que, entre todos, nos volvemos sinérgicos y resilientes. Nuestro amigo tuvo el incondicional y solidario apoyo de varios colegas para llegar hasta acá. Y decimos que somos Emprendedores porque vemos oportunidades donde otros ven amenazas, y nos animamos a materializarlas.Somos Cedu y tenemos esta filosofía..
Termina un año para el olvido, durante el cual muchos entramos en pánico por nuestra salud, y lamentablemente no sabemos cómo será el entrante. Lo que sí sabemos es que, cuando la tormenta pase, habrá mucho por hacer.
Tomémonos un respiro en las fiestas, un imprescindible descanso, y después, pongámonos el casco, respiremos hondo y adelante!! Será, sin dudas, un tiempo para volver a transpirar intensas emociones.
Le deseo que tengamos un gran y merecido 2021, que ojalá seamos bendecidos con el año del rebote, y que ello, además, sea producto de nuestra propia conquista.
Muy felices fiestas.