La Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU) reunió hoy a sus miembros, funcionarios de gobiernos, autoridades de otras instituciones y referentes del sector urbano para analizar las tendencias del sector y presentar su nueva imagen institucional, acompañando la evolución del rol del desarrollador urbano.
Sobre el blanqueo el presidente de la CEDU, Damián Tabakman, destacó que “el rubro necesita la aprobación de un blanqueo para la construcción sostenido en el largo plazo”. Agregó también que “la presión fiscal sobre la actividad es muy grande” y que por eso necesita un tratamiento particular. “Nuestro rubro es un motor económico que como tantos otros dinamizadores de la economía necesita tener ventajas e incentivos”, continuó. “Frente al desinterés de invertir en unidades para rentar, el negocio de quiénes desarrollamos proyectos urbanos se resiente y por ende la oferta de viviendas para alquilar baja”, añadió.
Sobre la Ley de Alquileres destacó que se necesitan contratos más cortos y que el problema que hay que resolver en Argentina es el de la oferta de unidades. “No estamos de acuerdo con el impuesto a la vivienda ociosa porque retrae la oferta y desalienta la inversión de nuevos compradores de unidades para rentar. El país necesita un sistema indexatorio homogéneo y en línea con la inflación”, indicó Tabakman.
El desarrollador urbano es la persona responsable de hacer nacer un nuevo hábitat, de llevar adelante el proceso de creación de una zona en todo su ciclo de Además, dijo que “que las trabas y las dificultades burocráticas deben ser las menores posibles y que las medidas que se vayan tomando no atenten contra la supervivencia de nuestra actividad”.
“Estamos a favor de medidas que favorezcan el equilibrio entre propietario e inquilino y en las normas legislativas que incentiven la construcción de unidades para la renta a través de ventajas impositivas porque queremos ser parte de la solución al problema de la falta de viviendas”, finalizó.
En un panel, los desarrolladores miembros de la CEDU analizaron la situación del sector, moderados por Tabakman. Participaron Daniel Mintzer (G&D Developers), Edgardo Wierzba (Wiza), Enrique Shaw (Pinamar), José Chouhy (Nordelta), Patricio Lanusse (Eidico), Sergio Kompel (Northbaires) y Andrés Brody (BrodyFriedman).
En el panel, los participantes coincidieron en que aún en un contexto macro económico adverso la actividad está en permanente movimiento. Una de las cuestiones que destacaron acerca de la situación del mercado actual es que hubo un cambio de rumbo en el negocio dado por la mutación de compradores en lo que respecta al tipo de producto. Sostuvieron que desde el 2018 hasta acá, la venta de las unidades está destinada a los consumidores finales y que hay una merma en la cantidad de inversores. La pérdida de interés de este segmento comprador se debe a que la renta locativa del producto es muy baja.
Otra cuestión que se destacó fue el aumento de la demanda -durante la pandemia- de los proyectos suburbanos como consecuencia de un cambio de vida para quienes decidieron abandonar la residencia en la ciudad. En ese sentido, la búsqueda de espacios verdes hizo que aumentara la venta de propiedades en lotes y viviendas terminadas. Los desarrolladores urbanos destacaron la nueva dinámica en la demanda de viviendas fuera de los conglomerados que hoy está orientada a casas para residir y trabajar a la par que aumenta la oferta de servicios de salud y educación en nuevas áreas evidenciando un efecto multiplicador y dinamizante que tiene el desarrollo urbano en la economía.
El evento se realizó en el Edificio Tesla II, desarrollado por Nómada, miembro de la CEDU, en el Distrito Tecnológico en Parque Patricios, que es un ejemplo de transformación urbana dentro de la ciudad, a partir de la articulación público privada. El barrio se está transformando en una ciudad de cercanía o ciudad de los 15 minutos; fue modificándose en lo que refiere a infraestructura y fisonomía y se convirtió en un barrio pujante y jóven, aunque arraigado a sus orígenes y a su identidad vinculada con la cultura, el arte y el deporte.
La evolución del desarrollo urbano
“Este tiempo también ha sido muy valioso para que las empresas pudieran prepararse y estar listas para cuando los vientos cambien porque el proceso desde que un desarrollador urbano realiza la planificación integral de su proyecto, pasando por la búsqueda del terreno y el financiamiento hasta la etapa final de construcción requiere de mucho tiempo previo de coordinación y trabajo”, señaló Tabakman.
Si bien posee 20 años de trayectoria y solidez, la CEDU refundó hace 4 años la organización y permanece en constante movimiento. En los últimos años se incorporaron a la cámara muchos socios, no sólo grandes desarrolladores sino también medianos y chicos y actualmente son más de 110, logrando tener cada vez más un alcance federal y también más presencia de desarrolladoras mujeres. Asimismo, la CEDU se transformó también en líder regional renovando la presidencia de la ADI LATAM, la asociación de desarrollo inmobiliario de la que forma parte junto a entidades de Chile, Perú, Guatemala, México, Colombia, Ecuador, Uruguay, Costa Rica, Nicaragua, Paraguay, Panamá y Bolivia.
“En línea con la evolución del rol del desarrollador urbano y de la CEDU es que sentimos la necesidad de renovar nuestra imagen institucional. Porque hemos crecido, hemos superado etapas, porque somos creativos y resilientes, porque somos una comunidad de desarrolladores. La CEDU cambia con nosotros, nos identificamos, la incorporamos, es nuestro sello, nos da orgullo ser parte y queremos mostrarlo”, expresó Mali Vázquez, directora institucional de la CEDU.
“Desde la CEDU trabajamos muy comprometidamente en profesionalizar el rol del desarrollador, visibilizar su aporte a la sociedad y en la búsqueda de la transparencia y la ética en la práctica de la actividad”, comentó Vázquez.
“A futuro, proyectamos que se sigan introduciendo mejores prácticas, la construcción sustentable, proyectos que contemplen el triple impacto y que generen un efecto multiplicador en toda la comunidad”, señaló Damián Tabakman
Desarrollar una zona, un barrio o una ciudad brinda mejoras relacionadas al movimiento y circulación de las personas y su consecuente seguridad. Esto genera un efecto multiplicador de generación de nuevos empleos, apertura de comercios y mejoras en la infraestructura general de los servicios.
Gracias a los grandes desarrollos de centros comerciales, edificios, centros turísticos y de recreación, espacios públicos e infraestructura urbana, se mejora la calidad de vida de las personas y también se impulsa el crecimiento económico en el país.