El 8 de julio se celebra el día del Desarrollador Urbano y el presidente de la CEDU reflexiona sobre el rol actual y su impacto en lo económico y en lo social.
El 8 de julio se celebra el día del Desarrollador Urbano, que tiene por objetivo visibilizar su rol y el impacto económico y social de la actividad. Este año particularmente nos encuentra en un momento de cambio profundo. El principal es que hoy somos mucho más responsables y conscientes del ecosistema en el cual se inserta el desarrollo urbano. Me refiero concretamente a la importancia de la opinión pública, de los vecinos y del Gobierno, entre otros actores relevantes, respecto del impacto de lo que hacemos.
Por eso, hoy nuestro foco está en conocer las mejores prácticas locales e internacionales y cómo implementarlas para desempeñar la actividad cada vez mejor desde el punto de vista del impacto que generamos tanto en la sociedad como en el medio ambiente.
Cada una de las intervenciones de un desarrollador tiene un efecto sobre esas variables que rápidamente genera un rebote sobre actores relevantes como la opinión pública y los gobiernos. Y hoy en día está claro que los inversores buscan poner su dinero en proyectos que sean responsables. Esto sucede, de manera creciente, tanto en el mundo desarrollado como en nuestro país.
En este contexto, también fue adquiriendo mucha relevancia el aspecto institucional, que antes no era tan significativo. Es decir, nuestra necesidad de agruparnos para compartir mejores prácticas y relacionarnos como sector con los actores clave como el Gobierno y la opinión pública.
En este marco, la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU) que presido estableció el día del Desarrollador Urbano en 2021, cuando la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires votó la reforma del Código de Edificación por la cual se incorporó por primera vez en la historia la figura del “Desarrollador Urbano” como sujeto del proceso.
¿Qué habilidades necesita el desarrollador hoy?
Como consecuencia de la evolución del rol también surge la necesidad de adquirir nuevos conocimientos y habilidades, algo que antes no sucedía en la misma medida. Hoy no solamente hay oferta de posgrados y de materias de grado en esta cuestión, sino que además hay mucha demanda por aprender cómo desempeñar esta actividad que sobre todo requiere un nivel de responsabilidad cada vez mayor.
Hoy el contexto nos desafía, estamos ante un cambio de paradigma de nuestro negocio y tenemos que prepararnos para adoptar un nuevo modelo de trabajo. Con la reaparición de los créditos hipotecarios en primer lugar y, de los préstamos a desarrolladores que comienzan a surgir, esperamos que el nivel de nuestra actividad aumente mucho en los próximos años. ¿Por qué? Al ser aportado por los bancos parte del fondeo de la obra, se abre a los desarrolladores la posibilidad de cobrarles a los compradores cuotas bajas hasta la posesión, que luego podrán empalmar con una hipoteca a largo plazo. Con este modelo los compradores podrían pagar la misma cuota desde la firma del contrato en pozo hasta cancelar el crédito décadas después, probablemente con algunos refuerzos durante el plazo de obra. Lo mismo si se ofrecierá financiamiento desde el pozo a los compradores. De esta forma, el mercado se agranda considerablemente en tanto muchas más personas podrán acceder a su vivienda.
El otro cambio vendrá de la mano del desarrollo de un nuevo tipo de producto, acorde a un público diferente.
Entonces, en este marco, ¿qué necesita saber hoy un desarrollador? Es la combinación de know-how, capacidad de innovar, responsabilidad y además versatilidad. El mundo es muy cambiante y Argentina lo es mucho más aún. Sin versatilidad y capacidad de adaptarse al cambio, las chances de éxito o incluso de supervivencia, son muy limitadas.
Los desarrolladores tenemos, en nuestro ADN, la capacidad de innovar. A medida que la sociedad cambia, sus demandas respecto del hábitat van mutando también.
Quien logra leer esos cambios anticipándose a otros y generando propuestas que están en línea con las nuevas necesidades tiene chances de ser más exitoso, al tiempo que dinamiza la actividad.
Estamos atravesando una época en la que somos protagonistas del nacimiento de un nuevo desarrollador urbano, responsable y disruptivo a la vez. Bienvenido el nuevo paradigma.
Fuente: Damián Tabakman para La Nación.