Es lógico que en medio de los cambios que el Presidente ha puesto en marcha se genere preocupación, pero es indispensable considerar que han sucedido años que quedaron atrás con falta de posibilidades para todos los rubros del sector inmobiliario. No resulta fácil poner en marcha la máquina que aplica a todos los temas vinculados con el mercado y desde allí los inconvenientes que implican la inflación y la recesión. Y como explica, Damián Tabakman, presidente de la CEDU, “es cierto que se trata de un momento complicado, pero somos optimistas. Creemos que el gobierno está haciendo lo que debe y que irá normalizando la economía. Espero que los bancos dejen de financiar al Estado y que comiencen a prestar a la economía real. Si apareciera el crédito hipotecario, el despegue sería brutal. Si baja la inflación y se elimina el déficit fiscal, es algo que puede llegar a suceder. El deseo es que sea pronto. Mientras tanto, nuestra preocupación de corto plazo son los costos.
¿Quienes construyen están decididos a seguir y en qué condiciones?
Lo que vemos en el sector es un repentino y muy pronunciado encarecimiento del costo de construcción en dólares. Considero que se irá amesetado este proceso y que no se va a encarecer de manera progresiva al ritmo que realizó en los últimos tiempos. Los desarrolladores están empezando a trasladar el incremento de los costos en dólares a los precios y el mercado de alguna forma los está empezando a validar.
En medio de la búsqueda de parte de la gente, ¿Qué ocurre con la compra o venta?
Los proyectos necesitan de la venta para financiarse. Y adicionalmente, los que vienen pagando cuotas ajustadas por inflación, con la recesión, se quejan e incluso algunos simplemente no pueden seguir pagando. Es una situación difícil. La contracara es que quien hoy tenga dólares, sabe que, si no invierte ahora, a futuro comprará menos metros con la misma plata porque este proceso continuará.
Con el dólar actual, ¿Es posible hacer buenos negocios?
Por lo demás, las coberturas en inversiones financieras para protegerse de la inflación, casi no existen y ahí los ladrillos surgen como una buena opción. Sino la única. Y eso desencadena propuestas de compra en pozo que no siempre le sirven porque el desarrollador, a su vez, no tiene cómo cubrirse del aumento de costos en dólares. Por ahora la señal que nos sigue dando el mercado es que con el incremento de costos el único segmento de proyectos en los que podemos trabajar es el más alto,porque es al que podemos eventualmente trasladar el incremento de costos.
¿Ocurre esto tanto en Capital como en la provincia?
Y eso lleva de vuelta a que se desarrollen proyectos en el Corredor Norte y más cercanos al río y en las zonas de mayor poder adquisitivo. Lo demás sigue quedando un poco rezagado. Hay varios proyectos grandes por lanzarse y me parece que van a avanzar en este contexto, sobre todo los orientados al segmento más alto para poder trasladar a precios el aumento de costos.
Expectativas y cambios
Los desarrolladores inmobiliarios estamos con una gran problemática emergente por el importante incremento de costos de construcción que hubo en los últimos meses, incluso también en dólares, no sólo producto de la inflación, sino con un dólar más estable. Mientras que como el mercado está recesivo y la gente no está decidida a invertir en este contexto es muy difícil trasladar a precios estos aumentos de costos y tiene un impacto sobre los márgenes del sector inmobiliario. Todos queremos tener productos diferenciados y competitivos que puedan trasladar a precio el aumento de costo. Pero el mercado está difícil en ese sentido y no lo absorbe con naturalidad y estamos esperando para ver cómo se recompone esta situación, para tratar de llegar con más equilibrio y trabajar con mayor tranquilidad. Creemos que es posible porque la inflación se va amesentando y la construcción también. Además, es posible que las variables se puedan reequilibrarse e incluso el precio de los usados dejaron de caer, pero necesitamos que sumen para recomponer mejor los márgenes. En el corto plazo es una preocupación cotidiana que a muchos le quita el sueño, pero a mediano plazo somos optimistas y creemos que el proceso de normalización a donde va la Argentina de la mano de las medidas que toma el Presidente y el gobierno, debería ayudar a un nuevo equilibrio para que nuestros proyectos florezcan. Para el mediano plazo somos optimistas, por el largo, ni hablar; esperamos que aparezca el crédito hipotecario y eso ayudaría mucho. Para el corto plazo acompañamos una situación de crisis que afecta a toda la Argentina y nosotros no somos la excepción.
¿De qué manera será posible levantar los precios para dar respiro y crecer?
Es un momento muy complicado, pero somos optimistas. Creemos que el gobierno está haciendo lo que debe y que irá normalizando la economía. Espero que pronto los bancos dejen de financiar al Estado y comiencen a prestarle a la economía real. Si apareciera el crédito hipotecario, el despegue sería brutal. Si baja la inflación y se elimina el déficit fiscal, es importante que pueda llegar a suceder. El deseo es que sea pronto. Mientras tanto, nuestra preocupación de corto plazo son los costos. Querríamos que se abran las importaciones para que, de la mano de la competencia, algunos materiales bajen.
Sobre alquileres que crecen
Por otro lado, los alquileres están teniendo rendimientos mejores porque de alguna manera van acompañando la inflación, mientras que el precio de las propiedades, sobre todo las usadas, no sube de modo que las rentas medidas en dólares han mejorado un poco. Además, apareció oferta de unidades en alquiler que antes virtualmente no existía por la mala ley anterior. Actualmente, la CEDU junto a AEV y otras entidades del sector, expresamos nuestra preocupación por el impacto inmediato que el rechazo al DNU en el Senado puede llegar a tener sobre el mercado de alquileres residenciales, que en los últimos meses se ha ido normalizando. Nuestra postura es sostener la derogación de la ley 27.551 que ha demostrado ser absolutamente ineficaz hasta tanto se consensuó una nueva ley superadora.
Fuente: Adriana Anzillotti para Argenprop