Por Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU)Cuatro claves que explican la importancia de su rol y cómo impacta en la economía y la sociedad.
Hace un año, el 8 de julio de 2021, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires votó la reforma del Código de Edificación por la cual se incorporó por primera vez en la historia la figura del «Desarrollador Urbano» como sujeto del proceso. Este logro llevó casi un año de trabajo por parte de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU) y es parte de un proceso de jerarquización de nuestra actividad que venimos impulsando fuertemente. En este marco, desde la CEDU se estableció el 8 de julio como el día del Desarrollador Urbano.
Que el código de edificación de CABA haya incorporado nuestra figura es algo que entendemos como un gran avance en el proceso de visibilización de nuestro rol y el efecto multiplicador de nuestra actividad en la economía y el impacto positivo en la sociedad.
Visibilizar el rol del desarrollador urbano en un emprendimiento aporta confianza y transparencia en todo el proceso de puesta en marcha, construcción y finalización de un proyecto ya que es quien asume las respectivas obligaciones y responsabilidades frente a inversores, proveedores de obra, bienes y/o servicios profesionales, clientes, vecinos y autoridades.
Esperamos que las provincias de nuestro país tomen el mismo camino para que la actividad de desarrollar, repensar y rediseñar ciudades y barrios en pos de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos continúe creciendo. Sabemos que así será porque Argentina es de vanguardia: ningún otro país de Latinoamérica identifica a la figura del desarrollador en la normativa vigente. Por eso, desde la CEDU en nuestro rol de presidentes de la Asociación de Desarrollo Inmobiliario de Latinoamérica (ADI LATAM) integrada por 12 países de la región, estamos trabajando para lograr que el resto de los países repliquen lo acontecido aquí.
Los desarrolladores urbanos tenemos la hermosa y apasionante tarea de llevar adelante el proceso de creación de hábitat de una zona en todo su ciclo de valor, desde la generación de la idea atendiendo a las necesidades y la demanda, la planificación integral, la ubicación estratégica del proyecto, el financiamiento y la coordinación de todos los actores. Y en ese sentido, la formación de profesionales capaces de enfrentarse a ese desafío es fundamental. Desde la CEDU apoyamos y estamos involucrados activamente en las carreras de arquitectura y en los posgrados de las distintas universidades en las que se forman los desarrolladores y alentamos a nuestros miembros para que tomen esas capacitaciones en pos de mejorar sus conocimientos y habilidades y continuar profesionalizándose.
Los grandes desarrollos urbanos mejoran la calidad de vida de las personas y generan un efecto multiplicador continuo en las economías locales que incluyen inversión, empleo, apertura de comercios, mejoras en la infraestructura general de los servicios, ingresos y recursos tributarios para los gobiernos. Desde la CEDU continuaremos trabajando en esta línea, con foco en seguir profesionalizándonos y mostrando el impacto positivo de nuestra actividad en la sociedad.