Un norte claro, determinación y planes concretos de cooperación. Esto fue lo que buscábamos con Eidico al convertirnos en miembros de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU). Y eso mismo fue lo que encontramos en el equipo de trabajo de la CEDU -desde su presidente Damián Tabakman, su directora institucional Mali Vázquez, el comité ejecutivo hasta todos sus socios / miembros- funcionado a buen ritmo en la generación de entornos urbanos de calidad, más inclusivos y sustentables.
Ahora, desde la Subcomisión de Mejores Prácticas Empresariales, a la que pertenezco junto a mi amigo Rodrigo Ballester y otros miembros de la CEDU, redoblamos la apuesta. Nos propusimos repensar nuestro modelo de negocio entendiendo que los proyectos inmobiliarios generan un impacto inmediato en una zona, en una tierra, en un barrio, en una comunidad y que a partir de ese impacto nos debemos -como empresarios y ciudadanos- lograr un equilibrio en tres dimensiones: económica, social y ambiental, que son los pilares para una sociedad y una comunidad sostenible.
Los hechos y datos son contundentes a nivel mundial para darnos cuenta que hay un nuevo paradigma en lo que respecta a cómo se llevan adelante negocios o proyectos. Los consumidores y usuarios los demandan y son, al final de cuenta, quienes nos otorgan -o no- la licencia social para operar en un mercado. El mercado lo demanda y quienes lideren esta movida van a estar mejor preparados para adaptarse a todos los cambios que se vienen. Y quienes no lo hagan sin duda perderán.
Recién estamos dando nuestros primeros pasos en la subcomisión de Mejores Practicas Empresariales de la CEDU, y como sabemos que las buenas prácticas se contagian tenemos tres metas en el corto plazo:
? Contar con un manual que las englobe y que invite a otros a ser armoniosos con nuestro impacto y protagonistas de una agenda mundial que busca planificar emprendimientos sostenibles.
? Confeccionar un plan de comunicación y un proyecto de capacitación mensual para las empresas miembro.
? Y elaborar un sistema de puntuación o valoración de lineamientos cumplidos. Una suerte de premio otorgado por la cámara que buscamos transformar en un hito digno de alcanzar, que fomente la libre cooperación, la interrelación entre compañías y la mejora continua en la gestión de empresas sostenibles
Desde Eidico, nuestro deseo -como empresa miembro y protagonista- es aportar a la CEDU nuestras experiencias relacionadas a RSE & Sustentabilidad: a cómo medir el impacto desde la génesis de un proyecto, su posterior obra y administración (de corresponder), cómo desarrollar comunidad junto a los vecinos de los nuevos proyectos pero, por sobre todo, aprender de otros trabajando y compartir información y experiencias que nos nutren a todos los miembros de la cámara.
Me acuerdo cuando yo era estudiante de Marketing y nos enseñaban a competir y a atacar a otros, a esconder las mejores prácticas durante el fin del siglo XX; ahora todo cambió en el siglo XXI; nos damos cuenta que tenemos que Cooperar, Compartir y Contagiar, siendo protagonistas del cambio ciudadano y empresario para que las buenas prácticas lleguen a todos y cumplir así la misión de la CEDU: propender a la excelencia en los emprendimientos inmobiliarios de todos sus miembros.
A mi me gusta hablar más del protagonismo como empresario-ciudadano que soy, más que de la licencia social que usuarios y clientes nos debieran otorgar; o sea el rol que nosotros los empresarios y todos los colaboradores de una organización debemos cumplir para dejar un país más sostenible a nuestros hijos e hijas. Un país sostenible es igual a la sumatoria de comunidades sostenibles y a eso nos tenemos que dedicar los desarrolladores de proyectos inmobiliarios. Si todos empujamos un poquito desde el lugar que cada uno nos toca, dejaremos una huella para lograr que Argentina finalmente se levante.