El sector de la construcción es uno de los que más contribuye al crecimiento de la economía. Tiene efecto multiplicador y de derrame sobre otras industrias, profesionales y proveedores de servicios. Según datos del INDEC, la actividad está recuperándose de la caída de 2020.
El sector inmobiliario y de la construcción fue uno de los más afectados el año pasado tras decretarse el aislamiento preventivo en el comienzo de la pandemia por COVID. Tocó su piso, se perdieron muchísimos puestos de trabajo. Pero desde agosto/septiembre de 2020 encendió motores y está en plena recuperación.
“Las obras no contagian”, dicen desde la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU) y la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV), temiendo que nuevas restricciones a la circulación frenen nuevamente la actividad en uno de los sectores más dinamizadores de la economía.
La construcción, en alza
Según datos del INDEC, publicados en el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) hay actualmente 340.000 puestos de trabajo privados en el sector de la construcción (aún por debajo del casi 400.000 de enero de 2020 y de los 440.000 que empleaba en 2018) y la recuperación es sostenida desde diciembre.
En febrero (último dato oficial disponible), el índice –que mide la evolución de la actividad tomando como referencia los consumos de insumos requeridos en la construcción- mostró una suba de 22,7% respecto a igual mes de 2020. El acumulado del primer bimestre de 2021 presenta una suba de 23% respecto a igual periodo de 2020.
Otro dato importante que surge del informe de la construcción que elabora el INDEC es la expectativa que las empresas vinculadas a obra privada tienen para este 2021: el 30% cree que la actividad del sector aumentará en el periodo marzo-mayo. Y el 25% dijo que esperan que aumente la cantidad de personal ocupado en el mismo periodo.
Reactivación de la economía y de los puestos de trabajo
“El sector de la construcción es clave para reactivar la economía del país, en un contexto complejo y diverso. La construcción genera puestos de trabajo directos e indirectos de profesionales relacionados a ella y millones de metros cuadrados esperando por transformarse en viviendas para todos los argentinos”, remarcan en el comunicado conjunto de CEDU y AEV.
El efecto es multiplicador en cada obra que está activa. A los trabajadores de la construcción propiamente dichos hay que sumarles el “derrame” sobre otras actividades: desde las empresas que proveen insumos, hasta arquitectos e ingenieros, electricistas, gasistas, y tantos otros rubros necesarios para finalizar una casa o un edificio.
El cálculo que aportan desde la UOCRA -el sindicato de los trabajadores de la construcción- es que “por cada trabajador de la construcción hay uno más en otros rubros”.
Desde Eidico, comparten datos concretos sobre cuánta gente está vinculada de manera directa o indirecta al desarrollo de un barrio privado. Tomando como base un emprendimiento promedio de 250 lotes, se deduce lo siguiente.
- Trabajan más de 100 personas para las diferentes labores de infraestructura para el desarrollo del barrio: ingenieros, arquitectos, albañiles, asistentes, entre otros.
- 8 empleados administrativos durante la ejecución de la obra, típicamente de dos años y medio.
- Unas 1200 personas aproximadamente durante la obra civil de las casas.
- Además, se generan 2 puestos permanentes de trabajo por lote en mantenimiento, seguridad, servicios, etc.
Efecto multiplicador
“Lo interesante del sector es que tiene un efecto directo muy importante y un efecto multiplicador aún más significativo”, postula de modo directo Sebastian Auguste, Licenciado en Economía y Director del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
“El desarrollo inmobiliario estimula la economía de manera indirecta, a través del impacto en el valor agregado de la compra de bienes y servicios que se derivan de los negocios relacionados con los bienes raíces y sus transacciones. También contribuye al fisco a través de varios impuestos en los que se exponen los bienes raíces y la actividad económica que general”. Así lo explica Auguste en un informe sobre el “Impacto economico de la actividad de desarrollo inmobiliario”.
Remarca, también el efecto positivo sobre el empleo. “La construcción es empleo-intensiva, por lo que tiene una alta tasa de conversión en puestos de trabajo. Además, los nuevos emprendimientos generan nuevos puestos de trabajo permanentes en servicios, como mantenimiento, limpieza y seguridad, que también son muy intensivos”.
Con protocolo
Para que el crecimiento económico que viene de la mano de la construcción sea posible, en las cámaras del sector remarcan que “necesitamos que sigan activas las obras con todos los protocolos y medidas sanitarias adecuadas, como se viene haciendo”. “Aprendimos a extremar las medidas necesarias para poder llevar adelante las actividades, reduciendo al máximo los riesgos de contagio”, dicen. Y aclaran que “el sector de la construcción ha demostrado que cumplió con todo lo necesario para hacerlo”.Remarca, también el efecto positivo sobre el empleo. “La construcción es empleo-intensiva, por lo que tiene una alta tasa de conversión en puestos de trabajo. Además, los nuevos emprendimientos generan nuevos puestos de trabajo permanentes en servicios, como mantenimiento, limpieza y seguridad, que también son muy intensivos”.
- Cumplimiento estricto de protocolos
- Transporte privado
- Testeos continuos para contribuir a liberar el sistema de salud
Fuente: Eidico – Texto: Mónica Fernández – IG: @tudineroxl